Resumen Acta XIX Premio de Poesía Carmen Merchán Cornello/ Cazalla de la Sierra 2021

En Cazalla de la Sierra, en la mañana del día 19 de junio de 2021, se constituye el Jurado que habrá de fallar el Premio de poesía Carmen Merchán/Cazalla de la Sierra 2019, compuesto por Jacoba Merino Merchán, Leopoldo Espínola Guzmán, Enrique González Pol y Antonio Parrón Camacho,

Al Premio concurren un total de 126 libros, procedentes de las diversas zonas del territorio nacional y de varios países extranjeros. Tras dos procesos selectivos previos se entregan al Jurado 12 libros.

El Jurado decide por Unanimidad premiar el libro Penélope a la orilla de la noche.  Abierta la plica correspondiente, el libro ganador resulta ser de Ana Vega Burgos (Villafranca de Córdoba, 1965). Autora de varios libros de poesía y de narrativa y galardonada en prestigiosos premios de poesía, el más reciente, el José Zorrilla de Valladolid.

Los libros que han optado en su fase decisiva al premio, además del premiado, han sido los que han concurrido bajo los lemas o títulos siguientes: Lápiz sin punta y Alondras

El libro que ha obtenido el XIX Premio Carmen Merchán Cornello/Cazalla de la Sierra estará disponible en parte para su lectura en la página web de la Asociación convocante, www.carmenmerchan.com

El acto de entrega de los premios tendrá lugar, si las circunstancias sanitariaslo permiten, en la noche del martes día 10 de agosto de 2021 en Cazalla de la Sierra, con presencia del poeta premiado.

(nota: El Jurado quiere agradecer la colaboración en diversas tareas de Luis Miguel Benito Benito, Víctor Carrascal Fuente, y Emilio y Monte Merino Merchán. Así como las atenciones recibidas en la Biblioteca Pública San Juan de la Cruz, y por la Alcaldía y Concejalía de Cultura de Cazalla de la Sierra)

Cazalla de la Sierra, 19 de junio de 2021

 

Libro ganador

Penélope a la orilla de la noche de Ana Vega Burgos

A continuación se reproducen 3 poemas del libro

Me soltaré los sueños lentamente, mirándote, 

desatando los nudos con un temblor de yemas.

Tú seguirás sonriendo, azul y triste como eres,

y a lo lejos, el mar

y una gaviota herida.

Volarán como plumas por las crestas de agua

entre sirenas negras, sin anclaje, mis sueños.

No encontrarán el puerto de tus labios.

Solo la sal, amor. Lo que nos queda.

Saborearás la miel de mis cabellos

al besarme los hombros con los ojos abiertos;

yo me estremeceré por el olor espeso

de tu aliento,

sangre de sueños rotos, abismados

de un golpe indiferente de tus olas abiertas.

No espero que regresen (mis sueños) a la orilla,

deshechos como crines de caballos ahogados.

No galoparé más en pos de los diamantes

negros, por más que brillen

como brilla el amor que se nos niega.

He visto demasiado mar, mar suficiente

para morir de sed a besos de sirenas.

 

El hielo de los vasos me recuerda a tus ojos: 

tan hermosos y límpidos

van destilando frío lentamente

como un veneno de serpiente nórdica,

deshaciéndose en brillos engañosos que al fin

cuando quieres beberlos

-o cerrarlos a besos-

se han disuelto en ausencia

y tan solo pervivirá en mis labios

el dulce escalofrío de su recuerdo.

 

Rueda mi corazón por las aceras. 

Me encuentro,

sombra de niña oscura,

atisbando detrás de los cristales

rotos, de aquellos bares

que antaño fueron nuestros.

Tú escapas,

fugaz, esquivo espectro,

por las esquinas de los besos náufragos.